CAZADOR DE GAZAPOS
Relación de palabras y expresiones mal dichas captadas en la lengua oral
domingo, 28 de febrero de 2016
miércoles, 16 de julio de 2014
LO QUE SE OYE POR AHÍ, ESCRITO EL 1 DE MAYO DE 2014
LO QUE SE OYE POR AHÍ
Las
posibilidades combinatorias que ofrecen los
veintitantos fonemas de una lengua son innumerables, y sólo una pequeña
parte de éstas son aprovechadas para formar palabras: por ejemplo, existe
“silla”, pero no “sille, sillo, silli, sillu”. Pues si nos referimos al
conjunto de al menos cien mil palabras, que tiene cualquier lengua,, las
combinaciones entre ellas son prácticamente infinitas (así, es muy diferente
“volver” de “devolver”, con la simple agregación del prefijo “de”. Pero es que
además “devolver” puede adquirir un significado diferente al habitual al referirse a sí mismo, como en este caso:
“Yo me devuelvo y tú sigue solo” en un uso donde “devolver” ha adoptado el
sentido de “volver”.
En la selección
de la forma adecuada, surgen muchas veces las dudas: ¿”reserva” o
“reservación”?. Nosotros optamos por el
nombre concreto “reserva”, pero los hispanoamericanos recurren al nombre
abstracto “reservación”. Idem ocurre con “permiso” y “permisividad” (o incluso
“permisibilidad”).
Otras veces
las dudas surgen en el hablante, que en su escala cultural, echa mano a veces
de la palabra inadecuada, por su parecido fonético, o porque no la conoce
suficientemente. Recuerdo el ridículo que hizo el presidente del tribunal de
oposiciones ante 200 profesores de Instituto, Agregados de Lengua y Literatura,
a las que yo asistí como aspirante. Pues en el discurso inicial, dándonos
instrucciones sobre la situación
trascendente de ese acto, y queriendo hacer alarde de erudición, en vez
de decir “Señores, ésta es la verdad palmaria” (que quiere decir, clara,
patente, evidente, manifiesta, incuestionable…) se equivocó y dijo “palmatoria”
por “palmaria”. Yo me sonrojé en mi asiento viendo la metedura de pata. Pues
“palmatoria” es una especie de candelero bajo, como un platillo con mango, para
sostener la vela.
A veces las
salidas de tono son un alarde creativo, que el hablante, creyéndose audaz,
inventa. Pérez Rubalcaba, en el último debate sobre el estado de la Nación , calificó el
discurso de Rajoy de “autobombástico”
(queriendo decir “autocomplaciente”; pero como sabemos, “autobombo” es un
derivado poco elegante de “bombo”, que originariamente es el tamborazo más
gordo, el más humilde, grave y vulgar de
los instrumentos de percusión, que metafóricamente se refiere a la autoadulación,
al pavoneo excesivo, sobre los propios méritos. ¡Pero formar un adjetivo sobre
este término, más bien ordinariote, en vez de una audacia expresiva se
convierte en el “quiero y no puedo”!. Vean el contraste porque Rubalcaba, con
su ¿Dónde vive Vd? insistía en colocar a Rajoy en el mundo irreal de Alicia en
el País de las Maravillas, a lo que éste le repuso. “Sr. Rubalcaba, yo vivo en
el país que usted me ha dejado”. Y así terminó el rifi-rafe dialéctico. Con su
sencilla respuesta, Rajoy propinó a Rubalcaba una buena ración de su propia
medicina.
Las
variaciones producidas por los americanismos están cada día más presentes en el
habla; recientemente un atleta paralímpico sudamericano expresaba su deseo de ir a los juegos olímpicos de
invierno, así: “Yo lucharé por lograr los “puntajes” (por “las puntuaciones”)
para clasificarme en “Sochi”.
Con frecuencia
el hablante desconoce el alcance significativo de las palabras; este excede el
concepto, al decir “multitud de destrozos”, sin entender que “multitud” se
aplica preferentemente a personas. Otros usos que no se atienen a la norma son
motivados expresamente, como un juego, por el lenguaje publicitario; así, una
marca de seguros “Vertis”, que usa la consigna “Vertis, seguros para gente
despierta”, hizo recientemente una campaña, en la que usa la expresión “ahora o
nunca”, que empleamos para indicar que no se debe perder la “ocasión de oro”.
Pues este dicho lo transforma en “Ahorra o nunca”, que invita a no perder la ocasión, eso sí, si lo hace
por Internet.
Hinojosa 1/05/14. Fdo. EUSEBIO
MURILLO, DNI: 30184618, Tl 649859929.
LO QUE SE OYE POR AHÍ, ESCRITO EL 17 DE ABRIL DE 2014
LO QUE SE OYE POR AHÍ
Acababa el
último artículo de esta serie comentando casos incorrectos en el habla, debidos
a las frecuentes confusiones del vocabulario y de la sintaxis de una y otra
lengua en las zonas bilingües (“recullir” por “recoger”; o al revés, “cubitus”
por “glaçons”). Otra cosa es que alguna de estas palabras acaben por
incorporarse a la otra lengua. Por ejemplo, son catalanismos “trajín y
trajinar”, que se usan en español como sinónimos de “trabajar”, como también
son sinónimos, “bregar”, o “ajetrear” (que en principio se refiere al duro
trabajo que supone sopesar intelectualmente la mejor jugada para ganar la
partida de ajedrez).
En catalán los
“traginers” eran los carreteros, que iban y venían con sus chirriantes
vehículos por los caminos; incluso “Traginer” se usa como apellido. Otros
catalanismos incorporados al español son “retal”, trozo de ropa que queda como
resto, al final de una pieza, “atorar” es atascar, atragantar, procede de
“aturar” (parar), “subasta”, “forastero”, “escurcar”(de escurcollar),
“esplayarse” ( de “esplay” divertirse,
expansionarse), etc. Muchas palabras del mundo del trabajo y del comercio
proceden del catalán, como “aparador”, “grúa”, “salario” y hasta la misma
“peseta”.
Veamos ahora
una serie de gazapos de distinto origen: Hace bastante tiempo, el 23-2-2013, oí
en la radio “el Barça tratará de “remendar” su derrota ante el Milán”, la
confusión en este caso procede del parecido fonético con la correcta
“remediar”. Otro disparate, “el gobierno concede 19 “insultos”, como cada año por Semana Santa”. También es muy fuerte
confundir esta palabra con “indultos”. Estas pifias rara vez son debidas al
descuido, y sí a un deficiente conocimiento del vocabulario culto.
El abuso del
latiguillo “lo que es”, también es criticable: “Ayer llegamos a “lo que es” la
playa”; lo mismo que estos otros: “bueno…”, “esto…”, al intentar recordar con
esas pausa lo que vamos a decir.
Lo mismo de
criticable por vulgarismo es rechazar lo
que nos han dicho remachando: “qué va a ser así, hombre, qué luz y sombra, ni
que ocho cuartos” ( o “qué niño muerto”).
Los
americanismos representan en muchísimos casos, una alternativa diferente a los
modos de decir en español: “Teníamos el tiempo “medido” y no pudimos esperarte”,
en lugar de “justo” o “tasado”; o este otro caso, “Ella va a vivir aquí por
“pedido” mío”, cuando nosotros decimos
“porque se lo he pedido yo”. Y otro más, “sala de culeros” es allí, lo que aquí “sala de bebés recién
nacidos”. Sí que nosotros, antes, usábamos la expresión “sacar de culero” para
indicar, criar a un niño desde el tiempo en que era bebé. Y también existía “culerón” que era un ropón que se
ponía encima del colchón para que éste no se manchara con la orina de los niños
que solía traspasar el pañal.
La colocación
delante o detrás indica el origen no
español, sino catalán o hispanoamericano, como en estos otros ejemplos: “es mi
culpa”, en vez de “es culpa mía”; “dame un beso de despedida, mi hijo”, en vez
de “hijo mío”.
Incluso ofrecen las hablas hispanoamericanas
abundante léxico propio: “carro”
(coche), “niña caprichuda y berrinchuda” (derivados propios de capricho y
berrinche, que nosotros expresamos como “caprichosa y emberrenchinada”), “mujeres
convenencieras”; en tanto que nosotros decimos “convenenciosas”. “Chumbear” es
allí, trabajar; “sonso” es tonto; “ahora quisiera “tomar” una siesta, en vez de
“dormir una siesta”. Y hasta expresiones no usadas aquí: “Perro no come perro,
pero pelea hasta la muerte”, o “perro
que mucho ladra, me lo como a tacos”.
Vean por último este ej. “El empresario de
Reus, dueño de la fábrica que se derrumbó en China, con cientos de muertos,
vende varios millones de “ropas” cada año. El uso genérico convierte la palabra en invariable
en cuanto al nº (“en ropa” y no ropas)
Hinojosa 17-4-14. Fdo. EUSEBIO
MURILLO Tl 649 85 99 29; DNI. 30184618Q
LO QUE SE DICE POR AHÍ, ESCRITO EL 5 DE FEBRERO DE 2014
LO QUE SE OYE POR AHÍ
El día
anterior comentaba la rapidez de los cambios lingüísticos, que de por sí
ocurren muy lentamente, en esta época en que vivimos de aceleración histórica.
Los tecnicismos, por ej., surgen cuando aparece un nuevo invento y hay que
ponerle nombre, “autogiro” fue el nombre que le puso su inventor, Juan de la Cierva , pero después
triunfó el nombre de “helicóptero”( de helix
en griego “espiral” + Petron = “ala”)
cuya etimología explica mejor el concepto.
Algo así pasa con “Tungsteno”(del sueco Tung
= “pesado” y sten = “piedra”;
piedra pesada), que pasó a denominarse preferentemente “Volframio” o
“Wolframio” (del alemán Wolfram) es un elemento químico metálico
de color gris, duro, tenaz, dúctil y difícilmente fusible. Que fue muy usado
por los alemanes, precisamente, durante la segunda guerra mundial; muy estimado
por la calidad de sus aleaciones, se usa además, para los filamentos de las bombillas y
para herramientas de corte.
Pero muchos de
los cambios distan de estar consolidados y con frecuencia son equivocaciones
por desconocimiento o inseguridad de la forma de la palabra o expresión. Vemos
algunos ejemplos: “expender” y no “expendir”, como oí en una tertulia el otro día en TV; la hablante quiso
utilizar el cultismo en vez del sencillo “vender” (en la “expendeduría” se
vende tabaco) y metió la pata; sin duda, le llevó a confusión el verbo “expandir”, que significa
“extender”, “expansionar”… Parecido a éste, es el caso de “vertir” por (en vez
de) “verter”, el verbo es de la 2ª conjugación en –er, y no de la 3ª, en –ir;
porque aunque se diga “vertía”, se dice vertemos, vertedero, verteré etc. Otro
ej., “Sí, él está aquí, de cuerpo presente” queriendo hacer una gracia, el
hablante sólo quería decir con énfasis
“que estaba allí, presente”, pero desconocía que la expresión “de cuerpo
presente” se usa exclusivamente para referirse a un cadáver, todavía insepulto.
Veamos otro:
“Son las doce y un minutos”… Un minuto
es singular, por tanto, la “s” sobra; la
idea de plural que expresa la cifra 12,
ya lo indica el verbo en plural “son” y no “es” que se usa por ej. para enunciar “es la una de la mañana” Tengamos en cuenta la
concordancia. Cuando mucha gente dice “asistieron veintiún personas”, no; sino
que se ha de decir “veintiuna personas” (“veintiuna es el determinante numeral
femenino que debe concordar con “personas”, también femenino).
En el caso de
“se están hablando de cosas” se olvida de que la oración es impersonal; por eso
“cosas” no es el sujeto de “están hablando” y no debe concordar en número como
lo hace el sujeto con el verbo. “se” es la marca impersonal, por eso se debe
decir “se está hablando de cosas”. O si
queremos hacer la oración con sujeto
diremos “están (mis amigos, ellos,) hablando de cosas.”
(pero sin “se”).
“No dejar pie
con cabeza” es algo absurdo porque los pies no tienen cabeza; si la tienen los
“títeres” y cuando se rompe algo brutalmente
se dice “No dejar títere con cabeza”… “Tirar las campanas al vuelo” le
he oído decir este fin de semana a Rajoy en su discurso de Valladolid; el error
está en usar el verbo “tirar” (arrojar)
donde corresponde “echar las campanas al
vuelo, como las aves, que no “tiran” sino que “echan a volar”.Son fonéticamente
intolerables algunas confusiones como esta: “¿Cómo iba a estar arruinada Sara
Montiel, si nadaba en la ambulancia?”.Este disparate parece reflejar que la
persona desconocía la expresión “nadar en la abundancia·” que es no carecer de
nada, no pasar necesidades. Pues algunos disparates así acaban triunfando como le está pasado a la expresión “tirar los
tejos” todo el mundo la está convirtiendo en “tirar los trastos” que significa
literalmente agredir (tirarle los trastos a la cabeza), cuando, tirar los tejos
era cortejar, rondar a la chica, y viene
de arrojar el pretendiente piedrecitas (tejos) para avisar a su chica de su
presencia sin que sus padres se enteraran.
Terrassa, a 5/02/2014.
Fdo.EUSEBIO MURILLO Tl.649859929 DNI. 30.184.618
LO QUE SE OYE POR AHÍ, ESCRITO EL 24 ENERO DE 2014
LO QUE SE OYE POR AHÍ
La
informalidad es el signo de nuestros tiempos, acostumbrados a los cambios
continuos, a la aceleración, a las abreviaturas
en los mensajes de teléfono, a las faltas de ortografía y así, todas
estas transgresiones de la norma, producen una impresión de anarquía e
inseguridad. La lengua es un sistema formal, uno de los más fijos e inmutables
de nuestra sociedad; especialmente las reglas de la Gramática , que marcan el
orden y la configuración de cómo se
articulan unas unidades con otras (letras, palabras etc.). De hecho las normas
actuales llevan vigentes siglos, muchas nos vienen del latín.
Sin embargo,
las unidades de composición, especialmente las palabras y expresiones, sí están
afectadas de cambios más frecuentes, y hay términos usados durante algunas
décadas que pueden quedar en desuso. Otras veces la palabra permanece aunque
haya cambiado el objeto: la pluma con la que escribimos no es ya la de ave, ni
la metálica que mojábamos en el tintero, todavía en los años cincuenta del
siglo pasado; ahora es la estilográfica con su carga de tinta… que ciertamente
pronto dejará de usarse, quizá definitivamente, sustituida por el bolígrafo.
El vehículo
denominado por su inventor, nuestro paisano
Juan de la Cierva ,
como “autogiro”, hoy ha cambiado su nombre por “helicóptero”.
Otros cambios
más sutiles son los sintácticos: veamos un ejemplo del lenguaje
hispanoamericano, es de Pablo Escobar, el famoso traficante de drogas
colombiano, al que en la serie televisiva le oí decir “A ver si usted nos
colabora”; es un uso reflexivo del pronombre “nos” como en “nos lavamos las
manos”, “nos lo dijo”, “nos comimos tres
platos de jamón”; pero en este caso del ejemplo, el pronombre no hace la
función de complemento directo, ni
indirecto, ni es marca de pasiva refleja, sino que funciona como complemento circunstancial y
esa función en castellano la marca la preposición “con” : “a ver si usted
colabora “con” nosotros”, decimos aquí.
Menos grave
porque no afecta tanto a la Sintaxis
como a la Morfología ,
es también el frecuente fallo gramatical de usar un sustantivo abstracto fuera
de lugar, en vez de sus sinónimo; es la pifia que le descubrí al político
manchego José Bono, que dijo a un parlamentario: Le pido un poco de urbanismo”,
cuando procede emplear en este caso el otro sustantivo abstracto “urbanidad”, porque “urbanismo” se
usa y se refiere a la construcción, y formación de la “urbe” o ciudad. Y
“urbanidad” es la conducta más social que usan las personas de ciudad frente,
frente a la mayor incultura de las gentes del pueblo y de zonas rurales.
A pesar de
tantos años de escolaridad, los
hablantes de hoy, en general, son más incultos porque no leen, ni escriben de forma manuscrita. Sabemos que
el dominio de expresiones extranjeras o latinas, que escribimos entre comillas,
es un índice que refleja la cultura del hablante. Hace tiempo, un parlamentario
dirigiéndose a la entonces ministra de cultura con Zapatero, Carmen Calvo, usó
esta expresión para darle mayor énfasis: “Carmen Calvo “dixit” que significa
literalmente “Usted lo dijo”. La ministra visiblemente molesta, por la
recriminación que se le hacía contestó: “Ni Pixie, ni Dixie”, poniendo de
manifiesto que el latinajo (dixit), sólo le recordaba a los dos ratoncitos traviesos
de los dibujos animados, que siempre eran perseguidos por el gato Sr. Jinks.
Tal gazapo puso en evidencia la
incultura de la Ministra
de Cultura.
A veces son
confusiones entre palabras poco usadas, que se parecen fonéticamente y que
pueden deslizársele, incluso a las personas cultas como le pasó a la periodista
Pilar de la Granja
en TV, hablando del accidente de Santiago de Compostela el 9/08/2013, dijo
“valijas” en vez de “balizas”. “Valija” es todo tipo de equipaje, maleta, bolsa
etc., en tanto que “balizas” son señales de tráfico aéreo, por mar o terrestre
Terrassa a 24/01/14. Fdo. EUSEBIO
MURILLO Tl.649859929; DNI 30184618-Q.
LO QUE SE OYE POR AHÍ, ESCRITO EL 29 DE ABRIL DE 2013
LO QUE
SE OYE POR AHÍ
Los vulgarismos son las
palabras de uso preferentemente oral y que intentamos sustituir por un sinónimo
al escribir porque molestan al decoro, es lo que solemos decir “lenguaje
barriobajero”. Sin embargo el término tiene otra acepción, cuando oponemos vulgarismos a cultismos. Los cultismos son
palabras que tienen la misma o casi la misma
forma que en latín (dígito,
décimo, coágulo…); en cambio los vulgarismos son las palabras, llamadas también
patrimoniales, que han sufrido cambios por el uso a través de los siglos; de
modo que las tres mencionadas como ejemplo, se han convertido respectivamente
en: “dedo”, “diezmo” (la décima parte que se pagaba como contribución a la Iglesia) y “cuajo”. Pero hoy vamos a
poner ejemplos de ese lenguaje descuidado, chabacano, que usan algunos
hablantes porque es el único registro que conocen o porque se sienten más o
atrevidos al transgredir la norma de uso estándar o general. Es ese lenguaje
jergal, lleno de improperios y blasfemias, grosero y soez denominado también argot.
Veámoslo con ejemplos: “aborto” es persona fea; “abrir” practicar una operación
quirúrgica; “abrirse” es marcharse; “bolas” y “borlas” son los testículos;
“achuchón” es abrazo, tocamiento erótico; “borde” es persona indeseable;
“boqueras” es el confidente, el delator; “de boquilla” es hablar o prometer sin
intención de cumplir; “estar con la cosa” es tener la menstruación; “ni corto
ni perezoso” sin pensarlo, inmediatamente; “cosa” puede ser el órgano sexual
femenino o masculino; “dar corte” es tener vergüenza; “a otra cosa, mariposa”
es dar por terminado un tema o trabajo; “escoñar” es estropear, malograr;
“escopeteado” rápido, de prisa; “espada” llave falsa, ganzúa; “espadista”
ladrón de pisos; “pasar por el morro” recriminar, echar en cara; “por si las moscas” significa por lo que
pueda ocurrir; “moscardonear”
importunar, rodear, seguir…
Para expresar algunas formas de
negación se dice: “de eso nada”, “nada monada”, “nanay”, “nanay de la China” “nasti de plastic”,
“tururú, “tararí que te vi”. Es un lenguaje, como vemos, que sustituye muchas
veces la palabra por una expresión perifrástica (que da un rodeo
expresivo); “echado palante” atrevido,
valiente, arriesgado; “a punta de pala”
mucho, gran cantidad; “no decir una palabra más alta que la otra” comedido,
mesurado en su expresión; “tener unas palabras” discutir; “tener un
rinconcillo” es tener ahorros; “tener el riñón bien cubierto”, por metáfora,
ser rico, tener dinero, como es sano y previsor para la salud, tener el riñón bien protegido por las mantecas.
A veces se busca la
onomatopeya, es decir, el sonido imitativo: “organismos oficiales de gran
ringorrango” “hacerse cucamonas” “hacerse carantoñas”…El uso de comparaciones
es muy frecuente en la lengua oral, aunque algunas son tan blasfemas como estas:
“hacer un pan como unas hostias”, es
salir algo mal; “hablar más que un sacamuelas” porque cuando no había anestesia
el dentista trataba de distraer al paciente; “comer más que una lima” por el
desgaste, igual que “comer más que la orilla de un río”; “andar como rata por
tirante”, con dificultad, porque el
tirante es la viga que sujeta el tejado; “noche más oscura que la boca de un
lobo” por el terror ancestral que inspiraba este depredador; “quedar como Cagancha
en Almagro”, quedar mal, como cierto torero así llamado una tarde en esa ciudad manchega; “estar como una
regadera” mal del entendimiento, las ideas se le van como el agua a la regadera
por muchos agujeros; “cantar como los ángeles”, divinamente; “vivir como un
rey” por lo bien; “beber como un cosaco” por lo mucho; “comer como un
Heliogábalo” fue un emperador romano, persona voraz, dominado por la gula.Con
frecuencia los dichos incluyen rima: “ser como la purga Fernando, en la botica
y obrando” ser muy rápido y efectivo; o ironía ”es más fuerte que el pellejo
(de la) breva”.
Terrassa, 29/04/13 Fdo. EUSEBIO MURILLO Tl649859929 y
DNI:30184618Q
LO QUE SE OYE POR AHÍ. ESCRITO EL 12 DE MARZO DE 2013
LO
QUE SE OYE POR AHÍ
Hablamos de la
lengua oral, usada habitualmente, se
llama también lengua coloquial, en latín
“colloquium” (habla). Su característica esencial frente a la lengua escrita es
una menor formalidad , una espontaneidad propia de la lengua viva, donde el
mensaje es más directo, menos elaborado que en la lengua escrita. Es la lengua
que usamos fuera de los discursos en público, que suelen estar escritos previamente, y
memorizados después, o bien leídos en una pantalla, con letra grande, que los
espectadores no vemos porque está junto a la cámara, como hacen los locutores
de TV en los telediarios; por eso es la
lengua que usan todos los hablantes, independientemente de su grado de cultura
en los registros o ámbitos familiar y coloquial; por supuesto, hay grados de
vulgaridad , que van desde el registro estándar hasta las jergas marginales.Muchas palabras y
expresiones chocantes con la norma de la corrección, proceden de las lenguas en
contacto: “Yo más pronto lo quiero todo soso” es un calco del catalán “més
aviat”; cuando en castellano la expresión es “más bien” . “Me giré” no se usa
en español, sino “me di la vuelta”. Igual “tirar adelante” es también
catalanismo;, en tanto que en español se dice “llevar adelante”, “salir
adelante”. Otros ej. “es por eso que”, en castellano “por eso”; “picar a la
puerta” por “llamar a la puerta”; “no se vale” en vez de “no vale”. “Por eso”
es una explicación en castellano: “estuve enfermo, por eso no vine”; pero el
giro catalán se percibe en expresiones donde aparece al final de una
interrogativa directa como una coletilla: “¿me ha llamado, por eso?”, cuando se
pregunta simplemente si lo ha llamado…. En catalán como en el español de América es frecuente el cambio de colocación del pronombre “en su contra” en vez de “en
contra suya” (y mejor “en contra de él”). “¡Mi hijo!” en Hispanoamérica por “¡hijo mío!” en caso vocativo (para llamar a nombrar a
alguien). O bien, cambiando la palabra: “meternos en problemas” por “buscarnos
problemas (o complicarnos la vida)”; “Tomar riesgos” por “correr riesgos”. Es
catalanismo confundir “todo” y “nada” “muchos jugadores del Barça desconocen
absolutamente nada de la salud de su técnico, Tito Vilanova” o “te lo digo más
que todo por el qué dirán” cuando en castellano
se dice “absolutamente todo” y “más que nada” respectivamente. Otro uso,
verdaderamente extendidísimo e
insufrible es la colocación del pronombre
“lo/s” “la/s” (complemento directo) junto a, o pegado al verbo auxiliar
de la perífrasis, cunado ha de ir junto a, o pegado al verbo cargado de
significado: “Y esto si se lo hay que reconocer” en vez de “ hay que
reconocérselo”; “Hay que irlos a buscar” por “hay que ir a buscarlos” ¿qué
significa “irlos”?. Idem pasa en “nos
vengáis a ver” en vez de “vengáis a vernos”.Otro gazapos se deben a la falta de
formación gramatical: “introdució” por “introdujo”; “me dejo de llevar” por “me
dejo llevar” dice la cantante Bebe en una canción (es un caso semejante e
influido por el doble uso del verbo “deber +de+ infinitivo” -debe de tener
quince años- que indica duda; y el otro
uso “deber + infinitivo” –debes trabajar más- que indica obligación) . Cada vez
es más desconocido el uso del modo subjuntivo:”no creo que el deporte va a
bajar”, en vez de “vaya”. En “no comeos gambas cada día” (por “no comáis”)
vemos un uso incorrecto del imperativo
en lugar del subjuntivo. “Preveyó” por “previó” confunde el verbo
“prever” con “proveer” se conjuga como “ver”; “predecido” por “predicho” ignora
que se conjuga como “decir”. Otras expresiones coloquiales lo son porque se
juega con el suspense: “Pa qué
contar…” “Buena gana..” expresa
pesimismo de conseguir algo. “A más
ver…” hasta más ver, hasta otra ocasión, fórmula de despedida como antes “quedaos con Dios= adeu siau” (en
cat.)Muchos vulgarismos son
dialectalismos “Que no hay razones para tanta templaera” (contemplaciones) dice
una canción de Carmen Sevilla que sigue así: “las cosas son o porque sí o
porque no”. Seguiremos…
Terrassa a 12/03/13 Fdo. EUSEBIO
MURILLO Tl.649859929 , DNI: 30184618Q
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