miércoles, 16 de julio de 2014

LO QUE SE OYE POR AHÍ, ESCRITO EL 24 ENERO DE 2014

                                   LO QUE SE OYE POR AHÍ
La informalidad es el signo de nuestros tiempos, acostumbrados a los cambios continuos, a la aceleración, a las abreviaturas  en los mensajes de teléfono, a las faltas de ortografía y así, todas estas transgresiones de la norma, producen una impresión de anarquía e inseguridad. La lengua es un sistema formal, uno de los más fijos e inmutables de nuestra sociedad; especialmente las reglas de la Gramática, que marcan el orden y la configuración  de cómo se articulan unas unidades con otras (letras, palabras etc.). De hecho las normas actuales llevan vigentes siglos, muchas nos vienen del latín.
Sin embargo, las unidades de composición, especialmente las palabras y expresiones, sí están afectadas de cambios más frecuentes, y hay términos usados durante algunas décadas que pueden quedar en desuso. Otras veces la palabra permanece aunque haya cambiado el objeto: la pluma con la que escribimos no es ya la de ave, ni la metálica que mojábamos en el tintero, todavía en los años cincuenta del siglo pasado; ahora es la estilográfica con su carga de tinta… que ciertamente pronto dejará de usarse, quizá definitivamente, sustituida por el bolígrafo.
El vehículo denominado por su inventor, nuestro paisano  Juan de la Cierva, como “autogiro”, hoy ha cambiado su nombre por “helicóptero”.
Otros cambios más sutiles son los sintácticos: veamos un ejemplo del lenguaje hispanoamericano, es de Pablo Escobar, el famoso traficante de drogas colombiano, al que en la serie televisiva le oí decir “A ver si usted nos colabora”; es un uso reflexivo del pronombre “nos” como en “nos lavamos las manos”, “nos lo dijo”, “nos comimos  tres platos de jamón”; pero en este caso del ejemplo, el pronombre no hace la función de  complemento directo, ni indirecto, ni es marca de pasiva refleja, sino que  funciona como complemento circunstancial y esa función en castellano la marca la preposición “con” : “a ver si usted colabora “con” nosotros”, decimos aquí.
Menos grave porque no afecta tanto a la Sintaxis como a la Morfología, es también el frecuente fallo gramatical de usar un sustantivo abstracto fuera de lugar, en vez de sus sinónimo; es la pifia que le descubrí al político manchego José Bono, que dijo a un parlamentario: Le pido un poco de urbanismo”, cuando procede emplear en este caso el otro sustantivo  abstracto “urbanidad”, porque “urbanismo” se usa y se refiere a la construcción, y formación de la “urbe” o ciudad. Y “urbanidad” es la conducta más social que usan las personas de ciudad frente, frente a la mayor incultura de las gentes del pueblo y de zonas rurales.
A pesar de tantos años de escolaridad,  los hablantes de hoy, en general, son más incultos porque no leen,  ni escriben de forma manuscrita. Sabemos que el dominio de expresiones extranjeras o latinas, que escribimos entre comillas, es un índice que refleja la cultura del hablante. Hace tiempo, un parlamentario dirigiéndose a la entonces ministra de cultura con Zapatero, Carmen Calvo, usó esta expresión para darle mayor énfasis: “Carmen Calvo “dixit” que significa literalmente “Usted lo dijo”. La ministra visiblemente molesta, por la recriminación que se le hacía contestó: “Ni Pixie, ni Dixie”, poniendo de manifiesto que el latinajo (dixit), sólo le recordaba a los dos ratoncitos traviesos de los dibujos animados, que siempre eran perseguidos por el gato Sr. Jinks. Tal gazapo puso en evidencia  la incultura de la Ministra de Cultura.
A veces son confusiones entre palabras poco usadas, que se parecen fonéticamente y que pueden deslizársele, incluso a las personas cultas como le pasó a la periodista Pilar de la Granja en TV, hablando del accidente de Santiago de Compostela el 9/08/2013, dijo “valijas” en vez de “balizas”. “Valija” es todo tipo de equipaje, maleta, bolsa etc., en tanto que “balizas” son señales de tráfico aéreo, por mar o terrestre

Terrassa a 24/01/14. Fdo. EUSEBIO MURILLO Tl.649859929; DNI 30184618-Q.

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