LO QUE SE OYE POR AHÍ
Uno de los peligros que acechan nuestro futuro es la vacuidad del lenguaje; esa palabrería que, se ven obligados a usar los hablantes cuando les ponen un micro o una cámara delante; y cualquiera en este abigarrado mundo de relaciones públicas se ve igualmente forzado a hablar sin interrupciones ni pausas excesivas evitando balbuceos, que pondrían de manifiesto su lentitud de reflejos o su escasa inteligencia.Así que para evitar todo esto en lo posible, los hablantes se sienten impelidos a magnificar su verborrea con una serie de apoyaturas, muletillas y otras estratagemas del tipo: “vamos a buscar soluciones dentro del marco del posibilismo” (en vez del tradicional “se hará lo que se pueda”) o “el portavoz ha declarado, como no podía ser de otra manera “ (pues claro que podía ser de otra manera...) o, “la reunión será a nivel de presidentes” (¿por qué no decir simplemente: “los presidentes se reunirán”?). “A nivel de” no es una expresión culta, sino incorrecta por tratarse de un calco del inglés....
Pues si a todo esto agregamos la inconsistencia conceptual y moral de las últimas generaciones, por la disgregación de la cultura y los valores, nos explicaremos esas barbaridades que oímos a todas horas: Miren qué explicación de la vice De la Vega “El gobierno hace todo lo que debe hacer y nada de lo que no debe hacer”; o lo que decía el juez Garzón el 22 del pasado Enero sobre su posición alineada con el ministro de Justicia, Bermejo, sobre la jornada de protesta convocada por los jueces: “No debe estar en nuestra agenda la huelga”;¿qué tiene que ver la palabra “agenda” con el juicio moral que está expresando?
La sabiduría tradicional se va perdiendo, y así se deforman refranes como hizo la diputada catalana Montserrat Nebrera a la que oí decir en un programa de Tele5 el 27 de Dic. “Quien tiene padrinos se confiesa”.El refrán dice “ Quien tiene padrinos se bautiza” Es lamentable el gazapo en una persona tan culta, porque señora mía, para el sacramento de la Penitencia no se necesitan padrinos, para el del Bautismo, sí.El líder del PP se pasó al decir el 22 de Feb:”Ya es las trece horas y diez minutos” ¡Vaya, Sr. Rajoy, qué lapsus linguae! Tal vez pensó en algunos usos impersonales de ser y estar como “es de día” “está nublado”... quizá quiso decir “ya es tarde”, pero con las horas hay que hacer la concordancia de número entre sujeto y verbo: “”ya es la una”, pero “ya son las tres”.Hace unos días comentaba en estas líneas la insufrible demagogia de la propaganda institucional ¿quién no recuerda los últimos eslóganes de nuestro Ayuntamiento?: “Tú decides” (y yo digo ¿yo?, ¿en qué y cómo?) o la perogrullada “Terrassa, la ciutat de les persones” (pues ¿hay alguna que no las tenga? no iba a ser la de los perros, o la de las palomas; aunque sí lo es de las chimeneas...) Pues y aquel otro de “Tothom suma” (¡Ahí va!, ¡claro, y los que se van, se restan, algunos, inmigrantes sobre todo, se multiplican y los políticos nos dividen...!) Un ejemplo de la prensa del corazón, alguien dijo “se van a divorciar entre ellos “ redundancia inadmisible, como si el término divorciarse no fuera recíproco. Otras veces son expresiones coloquiales las que se ponen peligrosamente de moda y acaban tomando carta de naturaleza por su valor expresivo; es el caso de “a la que...” locución conjuntiva equivalente a cuando, en cuanto : “A la que sale el sol, la gente se va a la playa”, “A la que me lo eche a la cara, me va a oir”.En los equívocos se suele tomar el rábano por las hojas. Así, ZP el 3/03/09ante el presidente ruso confundió a los turistas rusos y los convirtió en españoles al decir “Hay un gran incremento de turistas españoles hacia Rusia, son ya más de 500.000...” Otro informador dijo al dar la noticia : “No hay ningún muerto que haya provocado el accidente” el desorden de la frase produce el efecto chocante de los muertos “provocadores”, al confundir el objeto con el sujeto de la frase, que debió ser: “el accidente no provocó ningún muerto”.
Terrassa, 16/03/09 Fdoemurill2(arroba)hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario