martes, 28 de junio de 2011

LO QUE SE OYE POR AHÍ , PUBLICADO EL 10 ENERO 2009

                    LO QUE SE OYE POR AHÍ         


Con este epígrafe inicié una sección el pasado10/09 que  me propongo mantener, con comentarios a las expresiones y palabras usadas incorrectamente. Ya se sabe, vivimos en la sociedad víctima de la Logse (para los que no lo sepan, hablo de la ley de educación que nos impuso Felipe y Rubalcaba, y que padecemos desde entonces). 

  Miren, miren lo que se oye, empezando por nuestro insigne ministro  Moratinos al que le oí decir en el Parlamento el pasado 19 de Nov; que ellos, los socialistas, habían dado “63 millones de educaciones”  (y el PP. dijo, cero)¿Qué querría decir  con eso, que habían dado 63 millones de lecciones a los niños del tercer mundo?, ¿o 63 millones de euros para actuaciones educativas en esos países de África? Vaya Vd. a saber... la cosa tiene su miga porque este Sr. entiende que la educación se puede dividir y cuantificar en unidades como los bollos, o las cabezas de ganado. Por ej,El alcalde de Móstoles, en el mes de Mayo dijo que hablaba desde sus “convinciones”; confieso que a veces he oído “conviciones”, pero el vulgarismo que sustituye el grupo consonántico “cc”, por una asimilación progresiva de tres “enes”, da pena oírselo a un señor alcalde. 


A la Sra. Ministra de Fomento Dña. Magdalena Álvarez, conocida también por el cariñoso“mi Maleni” con que la llamaba también su presidente, el Sr. Chaves, le oí decir el 27/09 “rigurosidad” ¿a qué viene esa pedantería de alargar  innecesariamente las palabras, cuando para el mismo sustantivo abstracto, que  conviene al adjetivo “riguroso” tenemos “rigor”?: miren, sólo dos sílabas frente a las cinco del palabro cuestionado. Sin embargo, contrasta su  forma, frecuentemente ordinaria, más propia de chula arrabalera, cuando en uno de sus frecuentes lapsus linguo-mentales, se encaró con el hemiciclo y les espetó a sus señorías:“Me he equivocado, ¿pasa algo?” Y es que   Su Excelencia se mosqueó ante las risitas irónicas que produjo su tropiezo expresivo, cuando  contestaba a un parlamentario con esta pregunta retórica “¿es que  Vd. no respeta ni a las filtraciones?” (se refería a las informaciones que se filtraron de su ministerio, en el asunto de la investigación del accidente aéreo de Barajas).D. Pedro  Solbes, el vicepresidente económico dijo el pasado 30 de Agosto “No estamos en un túnel sin fondo”, hablando de la economía española. Yo no sé si es que confunde este hombre  dos expresiones tan corrientes como”túnel sin salida” y“pozo sin fondo” . Creo que le debió traicionar el subconsciente, porque en esos días todavía intentaba negar la crisis, y los macabros  abismos se le fusionaron en uno solo, doblemente espantoso. A decir verdad la crisis,  que no era tal,  según le dijo a D. Manuel Pizarro  en el debate electoral, sino  desaceleración, que se frenaría en Mayo, con las flores, es tan espantosa, que veremos cuantos años vamos a necesitar para ver la luz al final del túnel. La verdad es que no sabemos si en el 2009 veremos el fondo de este pozo-trampa en el que nos han metido.
Y pasando de la política a los cantantes; en sus letras, observemos el contraste entre elegancia  y la vulgaridad; la finura de Joan Manel Serrat y la  rudeza de  “Estopa” cuando el primero usa el galicismo “tu nombre me lleva atado/ en un pliegue de tu talle/ y en el bies de tu enagua” para referirse al “sesgo” (lo que estamos  acostumbrados a oír es la locución adverbial “al bies”; tejido  o cortado al bies , en diagonal), pues frente a esta fineza, la horterada “por la raja de tu falda/ yo tuve  un chocazo con un Seat Panda”, que expresa sin ambages la causa de su “disparo de adrenalina”, ante los encantos femeninos, que Serrat expresa más velada y elegantemente. Los redichos  asoman “la patita” cuando intentan presumir, como aquel que, excusando su ausencia al entierro dijo: “Yo me fui del tanatorio, cuando iba a empezar el “esponsor” en vez de el “responso” Y conste que hay que entender  que el que tiene boca se equivoca.
Terrassa, 1/12/08, Fdo. EUSEBIO MURILO.

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